Todo un viaje

Este fin de semana he asistido a uno de los momentos más emocionantes del master de Desarrollo directivo, Inteligencia emocional y coaching (DDIEC) en EAE, con la 4ª promoción, la 1604, la presentación del Trabajo de fin de coaching, una presentación en la que cada alumno nos regala su tránsito en este año de master.

En cada edición se produce magia, porque mágico es el camino que han recorrido todos ellos, personas que han hecho el más largo de los viajes, el del aprendizaje de ellos mismos, el de un viaje hacia dentro primero para, después, poder ir hacia fuera.

Personas de los más lejanos lugares, Galicia, Cataluña, Aragón, Venezuela, Colombia, Ecuador, Argentina, Portugal o Estados Unidos, personas con los orígenes profesionales más dispares y de edades diversas, aunque con un denominador común, el amor por el ser humano y su crecimiento, además de una vocación de servicio fuera de lo habitual.

Asistir a la narración de este tránsito a través de performances, poesía, vídeos, baile, narración, música y un largo etcétera, es una muestra de que otro mundo, otra sociedad, es posible.

Durante todo el viernes por la tarde y el sábado por la mañana hemos desgranado todas las emociones, el vello se ha erizado, los ojos se han puesto vidriosos, la carcajada ha surgido y los recuerdos han estado presentes en todo momento.

Para finalizar, hemos construido un ritual dónde, en torno al fuego del sistema, cada uno de nosotros ha expresado lo que quería dejarle al mundo, y ahí había mucha luz, toda la luz que estos profesionales va a ser capaz de transmitir, ya sea como Coach o como Líder-Coach.

Mirar al cielo de la noche, hoy hay una estrella más en él, la que este grupo ha pintado en él, gracias a todas y todos, sois muy grandes y nos hacéis muy grandes.

El universo volverá a cruzar nuestros caminos, gracias por ser quienes sois y mostrárnoslo.