Lo realmente importante
Por Jordi Vilá
La verdad es que he tenido una semana en que las sensaciones de plenitud han estado muy presentes y los motivos son curiosos: estar en compañía de personas que me llenan, haciendo cosas que me satisfacen, que me llenan, algo que me llevó a la reflexión: ¿qué es lo realmente importante?
Eso es algo que en diciembre de 2009 me planteé y que me llevó a la toma de decisiones trascendentales para mi vida en aquel momento, decisiones que quizás desde fuera no se entendieron, que fueron duras de tomar por muchos motivos y que modificaron lo que en aquel momento era mi normalidad.
Hoy veo que lo realmente importante es estar en paz conmigo mismo, aportar algo al mundo en el que me muevo y también en el que no me muevo, poner mi granito de arena para hacer de esta una sociedad más vivible, independientemente de lo que toca o de lo que los otros puedan pensar.
¿Qué es lo realmente importante? esa es la pregunta que quiero responderme para ser coherente conmigo mismo, para vivir según mis valores y hacer que mi vida entera tenga un sentido.
Compartir con personas diversas de lugares diversos y edades diversas, enriquecernos mutuamente, aprender a valorar que ahí fuera hay muchas cosas que, aunque distintas de las mías, son igual de valiosas.
Estar con personas de Panamá, Venezuela, Costa Rica, Barcelona, Sevilla, Chile, Colombia, Argentina y tantos lugares más, me reafirmó en la riqueza de la diversidad, unir a eso el reto intelectual y vital y ya tengo el tipo de sopa que me gusta degustar.
Otro ingrediente, la familia, esas personas con las que interactúo y que tanto me aportan, amor, comprensión, complicidad, crítica, humor y tantas cosas más que me hacen disfrutar sin más.
¿Qué es lo realmente importante para ti? y no me refiero nuevamente a lo que toca, si no a lo que realmente tiene sentido para ti, siempre sin huir de las responsabilidades adquiridas.
Empecemos a vivir por lo que realmente importa dejando de lado lo que son nimiedades que, al menos en mi caso, de vez en cuanto elevo a la categoría de sucesos trascendentes que, en verdad, no tienen la menor importancia.
¿Para cuando centrarnos en lo importante y dejar de lado lo accesorio?