Límites

Cuando invaden mi territorio, cuando siento que alguien se está excediendo, sea quien sea, no hay más culpable que yo mismo, no he puesto límites al desmán, y eso lo voy a pagar con creces, ¿la buena noticia?, siempre estoy a tiempo de ponerlos, aunque sea complejo, aunque pueda parecer imposible.

Algún jefe que, viendo que no me niego a nada, me sigue sobrecargando, pidiendo cada vez más, y más, y más, hasta que un día me siento completamente desbordado y entonces exploto, no sin antes haberme llenado de estrés y angustia.

Algún colaborador que pide esto, y lo otro, y que solo tiene presentes sus intereses, sin importarles los del equipo, o los de la organización, o los míos propios.

Un hijo que, de repente, comete una tropelía, y yo no llego a explicármelo, “siempre fue tan buen chico/a…”, recuerdo el caso de unos adolescentes que prendieron fuego a una indigente, por poner un ejemplo extremo, y es que nunca supieron dónde estaba el límite.

Estudiantes que van estirando de la cuerda, hasta que un día se rompe, más información, más material, más herramientas, más plazos, sin esa actitud proactiva que demuestra su propia responsabilidad en el propio aprendizaje.

Una pareja que cada vez pide más de la relación y que, curiosamente, apenas brinda algo a cambio, simplemente estira y estira confiando en que la otra persona le va a seguir el juego.

Amigos que me secuestran en sus deseos, con los que acabo sintiendo la obligación de tal o cual cosa, de nuevo la petición de más, y más y más, sin saber dónde está el límite de mi tolerancia.

Yo mismo, con mis exigencias, con lo que es correcto y lo que no, con mi deseo de una inexistente perfección que solo me llevará al sufrimiento.

¡Ausencia de límites!, ese es el patrón que se repite en todos los casos y que Charles Handy (2005) nos define como “contrato secreto”, y que suele ir parejo con una autoestima lesionada, con temores al rechazo y falta de seguridad.

Hoy es el momento de poner ese límite, que quizás estaba establecido y que no quedó suficientemente claro.

¿Qué ganaré con ello? ¿cómo será mi entorno a partir de ese momento? ¿en qué persona me convertiré?

Publicado el

  • Coaching Ejecutivo
  • Crecimiento personal
  • Empresa
  • Felicidad
  • Liderazgo
  • Life Coaching
  • Límites
  • Trabajo en equipo
  • Valores
  • Vida
  • Zona de confort

Compartir en Facebook, LinkedIn, Twitter.