Liderazgo y humildad
Por Jordi Vilá
Hace algún tiempo conocí a uno de los principales líderes industriales en España, una persona que trabajaba de CEO en la industria farmacéutica y que es reconocido como uno de sus mayores impulsores.
Os cuento esto porque hace unos días tuve el placer de compartir con una persona que ocupa una posición de alta dirección en una organización, con la cual contrastamos estilos de liderazgo y gestión, mientras me comentaba sus necesidades para arrancar un nuevo proyecto.
Su presencia era completa, en ningún momento hubo interrupción alguna y, en el momento de acabar, cuando fuimos a tomar un café a la cantina, pude ver la forma en que sus colaboradores interactuaban, percibiendo en ellos una corriente de respeto y admiración mutuas.
Ese es el nexo entre ambas personas, su humildad, su rigurosidad y también su respeto hacia las personas, algo que quedaba patente en cada una de las interacciones, esa persona es consciente de que la empresa no funcionaría sin el esfuerzo y la ilusión de todas las personas que la componen.
La guinda del pastel fue la respuesta que me dio cuando le comenté que quería escribir un post sobre el liderazgo y la humildad, poniéndola como ejemplo:
– Yo no soy importante, así que te agradeceré que mantengas mi nombre fuera de esto – me dijo.
Presiento que en mi etapa en el mundo de las organizaciones me hubiera encantado trabajar con más gente así, de hecho, dos de mis jefes, el primero y el último, tenían ese talante, cada cuál a su manera, que hacía que la admiración fuera una constante y me permitiera crecer modelando esas competencias que tan poco se trabajan en universidades y escuelas de negocios.
En estos casos, los egos no interfieren en la labor, la escucha es una variable permanente en la ecuación, así como la curiosidad y el convencimiento de que el crecimiento está en la mano de todos y que cada persona tiene mucho por aportar, ocupe la posición que ocupe.
Cuando la humildad está presente, la mente está abierta, cuando es el ego y la soberbia quien dirige, es habitual que el talento huya por la ventana.
¿Qué puedo hacer para fomentar más la humildad?