La puerta del cambio se abre desde dentro
Por Jordi Vilá
Sí, sí, ya sé, quien lea esto pensará que no va con él o con ella, pero me han contado que, por ahí fuera, estas cosas ocurren, y no son un asunto ligero…
Tanto si hablo de mi mismo como del colectivo en el que estoy inmerso, las causas de mis desgracias están, principalmente, fuera, bien en el mercado, la legislación, el entorno, mi jefe, el Consejo, … y algunas más que ahora no me vienen a la memoria.
Pero ¿que ocurriría si mirara hacia dentro? hacia aquello que sí depende de mi, a lo mejor descubriría que es precisamente mi actitud la que puede convertir esas amenazas en oportunidades, esas debilidades en fortalezas, nada más que mi actitud, incluso cuando hablo del colectivo, y es que si yo cambio, todo a mi alrededor empieza a cambiar, ni un segundo antes.
Muchas peticiones se hacen como un brindis al sol, frases como “si cambiara la ley” “si el ciclo económico fuera más favorable”, si el consejo me aprobara los recursos”, siempre con el condicional, ignorando aquello que decía un buen amigo:“ojo a lo que pedimos, no sea que los dioses concedan”
Por más que lo exterior cambie, si mantengo mis actitudes en el estado del victimismo, difícilmente voy a poder aprovechar la situación, es muy simple: la puerta del cambio se abre desde dentro, y no existe una llave maestra que pueda hacer que se abra desde fuera.
Formularse preguntas del tipo ¿qué puedo hacer distinto en este entorno? ¿de qué otra forma podría relacionarme con el equipo? ¿qué necesita de mi? ¿qué otros retos he superado?, puede llevarnos a nuevas soluciones, a nuevas formas de ver el mundo.
Al fin, la mayor parte de cosas se reducen a la Actitud más que a la aptitud, y las cosas no ocurren por casualidad o, si quieres, sí ocurren por una casualidad causal.
Echar las culpas fuera está bien momentáneamente, pero tiene que ser tremendamente doloroso ver que mi vida depende de factores externos, algo que ya Viktor Frankl enunció en su obra “El hombre en busca de sentido”
¿Quieres cambios? Mira primero que hay que cambiar en el interior para poder ver los cambios reflejados ahí fuera.
¿Quién quiero ser a partir de ahora?