Cambio y transformación
Por Jordi Vilá
¿Cuántas veces pensé que no sería capaz?, posiblemente cientos, años y años de hacer las cosas de determinada manera y de golpe quiero cambiarlo y hacerlo de otro modo, así de fácil, así de imposible.
Las cosas pueden cambiar de hoy para mañana, cierto, pero cambiar significa que pueden volver atrás y precisamente lo que busco es más profundo, porque de nada me sirve liderar de otro modo y al cabo de un par de meses volver a las andadas.
A ese cambio sostenible le llamo transformación, porque enraíza en lo más profundo de mi esencia de líder, busca las rutas neuronales y las cambia a través de la constancia, del machaque, de salir de mi zona de confort, y entonces aquellas costumbres aquella frase “él es así”, poco a poco van perdiendo sentido y se pierden en el cajón del olvido.
Quien diga que este es un camino fácil os engaña, porque no lo es, es más, es tremendamente complejo y doloroso ya que me hace cuestionar verdades que hasta el momento eran irrefutables, me sitúa en el borde del abismo de la incertidumbre, en la zona de pánico, lo que los marinos de la edad media situaban en sus cartas con dragones, y es que hasta ahí llegaba el mundo conocido.
La tentación de dejarlo es continua, ¡era tan fácil antes!, solo era cuestión de dejarlo como estaba, ya funcionaba y me permitía una travesía plácida, aunque me impedía ir más allá de los dragones de las cartas marinas, que es lo que verdaderamente me impulsó a ir más allá de mí mismo.
Me recuerdo una y otra vez que llegará un momento en que la travesía del desierto llegará por fin al oasis y, tras este, a nuevos paisajes que me permitan mayor crecimiento, mayor desarrollo.
La transformación precisa de cambio, el cambio es efímero, la transformación es duradera, la primera se nutre del esfuerzo, la segunda del impulso momentáneo, del “pronto”.
La continua búsqueda de mi mejor versión, hacer sitio en mi mochila, desaprender para dar entrada a lo nuevo, rascar la piel muerta para que pueda surgir la nueva, en definitiva, poner en duda todo aquello que en su día fuer dogma, verdad incontestable.
Los niños tienen mayor capacidad de aprendizaje porque no limitan su pensamiento, las escobas vuelan y los cubos bailan, como existe el andén 9 y ¾ que lleva a un mundo desconocido, ¿imaginas cómo sería una forma de pensar que aceptara todo eso como posibilidad?
¿Seré capaz?