Frenos y palancas, miedos e ilusiones

En muchas ocasiones me encuentro con profesionales que llegan a considerar invasivo el hecho de interesarse por la vida personal de sus colaboradores, hasta ahí, normal por el contexto cultural en el que nos hemos movido, con un estilo de gestión en que las personas son un recurso, por más que las corporaciones se llenen la boca de lo contrario.

La experiencia liderando equipos, en unas ocasiones, trabajando como coach ejecutivo en otras o ejerciendo como facilitador (coach) de equipos, me llevan a poder garantizar que las personas se mueven a través de frenos y palancas.

Aunque parece que en las organizaciones hablar o mostrar emociones está prohibido, no podemos olvidar que el ser humano se mueve por ellas, es más, la mayor parte de decisiones que tomamos son impulsadas por emoción además de por razón.

El Ser humano se mueve básicamente por ilusión y se paraliza por miedo, algo con un poderoso significado: si me preocupo por conocer los motivos que mueven a cada colaborador, podremos gestionarlo de una forma óptima, además de mucho más humana y motivadora.

Acompañar en la gestión de los miedos y potenciar las ilusiones conseguirán el máximo rendimiento de las personas a las que tenemos el privilegio de liderar así que, ni que sea tan solo por un egoísmo resultadista, nada mejor que dedicar el tiempo necesario a conocer a los miembros de nuestros equipos y a crear climas organizacionales que resulten fértiles y nutritivos.

¿Cuánto tiempo dedicamos a conocer la emocionalidad de nuestros colaboradores?

La ilusión mueve conciencias, veamos como en el siguiente vídeo