Aprendiz

En los tiempos que corren, y corren desde hace ya algún tiempo, la mente abierta, el espíritu de aprendiz ha tomado un protagonismo vital en nuestra sociedad en general y en las organizaciones en particular, vivimos en un mundo VUCA en el que lo único cierto es el cambio, pocas cosas más hay que muestren esa solidez.

Lo que hoy es, dentro de unas horas podría no ser, la teoría refrendada a lo largo de los tiempos se desmorona con una nueva demostración de su falibilidad, mi adecuación a una posición profesional puede tornarse obsoleta si no hago lo posible por mantenerme al día, si no arriesgo, si no me comprometo.

Es por ello por lo que, las posturas radicales, en cualquiera de los ámbitos, nos van a servir de poco o de nada, sean objetivas o subjetivas, y digo objetivas porque las realidades las creo yo mismo con mi mirada, con mis filtros.

¿Qué ocurrirá cuando sea capaz de observar tal o cual cosa desde una postura distinta, desde una perspectiva diferente? Ahí es dónde esa mirada de aprendiz, esa mente abierta puede dar cabida a nuevos paradigmas que quizás estén por explorar.

Uno de mis clientes, curioso por naturaleza, se replantea continuamente la forma de ver las cosas ¿consecuencia?, su empresa está bien engrasada, las mejoras son continuas, aunque bien es cierto que el precio no es bajo, ya que incluso a su alrededor esa postura es incomprendida.

¿Qué ocurrirá cuando sea capaz de contemplar la posibilidad de que, aún y en posturas opuestas, el otro pudiera tener parte de razón? Sin dudarlo mis horizontes se ampliarán, seré menos propenso a la manipulación ya que podré observar otras realidades, e incluso incorporarlas como buenas.

Por otro lado, mirar desde la curiosidad, desterrando filtros y prejuicios pueden darme esa mirada nueva que requiere la innovación, ver aquello que otros no pueden ver por estar contaminados y descubrir nuevos horizontes.

Cuando pregunto a adultos lo qué es el objeto que ilustra el presente artículo la respuesta varía poco, ahora bien, cuando esa misma pregunta se la hago a una criatura, las respuestas son de lo más variadas, desde un platillo volante a una pieza de tres en ralla.

¿Cómo puedo limpiar mi mirada?

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