Un regalo del Universo

Foto: Jordi Vilá

Hoy hace justo un año que el Universo decidió enviarme un regalo de Navidad en forma de infarto, y precisamente hoy he tenido una visita de revisión con mi cardióloga, algo así como el cambio de aceites del coche.

Creía saber lo que significa la vida, y digo creía porque era solo a nivel cognitivo, a nivel teórico, aquella situación me permitió darme cuenta del verdadero valor de las cosas, de las personas, y dejar atrás tonterías a las que antes les había dado demasiada importancia.

La Vida con mayúsculas está hecha de pequeñas cosas, de sensaciones, de olores, de texturas, de abrazos, de besos, de palabras amables, de caídas y aprendizajes, de amigos, de …tantas y tantas emociones que describirlas sería una quimera.

Cuando al cabo de unos días me dieron el alta médica, supe lo que realmente era vivir, y vivir no es poseer, no es atesorar, ni acaparar, ni fotografiar, ni mostrar, vivir es disfrutar, es tener un propósito e ir a por él, es ser flexible, es amar.

Hoy he celebrado que cumplo un año de renacimiento, y lo he hecho disfrutando de la compañía de los míos, incluso de la felicitación de alguna amiga muy querida.

Vivamos viviendo, que es eso que ocurre justo después de nacer y antes de morir si queremos que así sea.

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