¿Ser odioso o ser temeroso?
Por Jordi Vilá
Está ahí, en una posición que denota poder, que no autoridad. Vemos a una persona con una actitud altiva y desafiante, y solamente somos capaces de ver esos rasgos que nos envía su ego.
Tras esos personajillos, se esconde la persona brillante, audaz y también temerosa, siendo precisamente ese temor el que provoca la salida a escena de su personaje estelar.
Ocupa todo tipo de roles, ya sea en entornos organizacionales o en círculos de amistad. Estoy seguro de que ya has identificado a algunas de esas personas a las que tienes identificadas como las de mayor prepotencia de tu entorno, ¿ya?
Bien, ahora, miremos más allá de su mirada, seamos capaces de penetrar en su interior y ver lo que hay tras esa mirada gélida.
Es posible que haya mucho dolor, ira, resentimiento o simplemente miedo a no ser aceptada, es ni más ni menos que un ser humano, una persona con sus luces y sus sombras, aunque las más de las veces se empeñe en mostrar tan solo la parte oscura.
Si somos curiosos con ese ser, podremos llegar a abrir esas puertas aunque, para ello, deberemos mostrar una paciencia infinita y un buen número de desplantes e incluso ataques, pero recordemos que quien los hace es su guardián, el personaje creado para su defensa.
Todos nosotros, diría que sin excepción, habremos pasado en algún momento de nuestra vida por ese estado, nuestro personaje, nuestra mascara, habrá campado a sus anchas infundiendo no respeto sino temor.
Una vez admitido este último aspecto, indaguemos, exploremos en su interior, no nos dejemos amedrentar, ¿de qué se está defendiendo, qué miedos se ocultan tras el disfraz, cuáles son sus anhelos, sus ilusiones, sus sueños?
Podría ser la persona que nos dirige, un cliente, un proveedor, un tendero, un profesor, un alumno…no hay distinción. Está en nuestras manos permitir que ese ser se muestre tal como es, aunque para ello harán falta grandes dosis de generosidad y humildad a raudales.
Hagamos el ejercicio de personificar en lugar de cosificar, permitamos que el sentimiento aflore y recordemos que puede ser como una presa al límite, primero se abrirán grietas y empezará a fluir, luego es posible que se desborde y es precisamente ahí, dónde aparecerá el Ser que es y no el personaje.
¿Empezamos?