Quién quiero Ser

Foto: Jordi Vilá

Días de descanso, en mi caso, días de reflexión y paz interior, momentos en los que la quietud interior me transporta en múltiples direcciones, en estas épocas ha sido en las que he conectado conmigo mismo y me he permitido volar hacia quien quería Ser, tomando las decisiones más trascendentes.

Son muchos los destinos que se forjan en estos periodos de descanso, momentos en los que me permito volar alto, pensar en grande, algo que no es más que ampliar mi zona de confort, pensar que hay pocas cosas que sean, de verdad, imposibles y que lo que separa un sueño de un objetivo es, tan solo, el horizonte temporal y la autoconfianza.

Hubo tantas creencias que me ataron a un presente gris, que la nueva paleta de colores que estrené me permitió pintar una realidad teñida de arco iris.

Ver la Vida así, con mayúsculas, como un camino a transitar en el que cada punto puede ser apasionante, por su aventura, por su alegría, por su tristeza, sin menospreciar ni tan siquiera uno de ellos.

Recuerdo un compañero de promoción que me dijo literalmente “no me hables de tomar las riendas de mi vida, eso son chorradas” y, con el paso del tiempo, fue descubriendo que él y solo él era el responsable de su estado, bueno o malo y que podía dar giros insospechados si tenía la valentía de hacerlo.

Estos son unos buenos momentos para platearme cuál es el giro que quiero dar, o si quiero continuar en este mismo camino, lo importante será tener consciencia de ello y no refugiarse en el tan cacareado destino, del cuál somos los únicos dueños.

¿Qué persona quiero Ser?, esta es una buena pregunta que me ayudará a explorar mis ideales como persona, como profesional, como pareja, como amigo, como…

El presente y el futuro están en mis manos, es cierto que el pasado me condiciona, pero en ningún caso me determina así que ¿quién quiero Ser?

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