OtoñoHace tan solo un par de días entraba el otoño, algo que me llevó a hacer ciertos paralelismos con mi propia vida y con las de las personas con las que tengo la fortuna de transitar.

Me venían a la cabeza las hojas que se irán desprendiendo, y eso me llevaba a todas aquellas cosas que, por mi propio bien, deberán ir desapareciendo, aspectos caducos de mi vida que, simplemente, caerán del tronco de ella.

Otros aspectos, puntales estos, perennes en mi existencia y fruto del enraizamiento de mi propia esencia, de lo que de auténtico hay en mi.

Aspectos que cambian junto a aspectos que permanecen, relaciones que se transforman, enriqueciéndose unas, muriendo otras, como hojas que deben mudar para hacer mi tronco más fuerte, sin que unas sean buenas y otras malas.

La naturaleza es sabia y, por tanto, simple: eliminar lo que ya no sirve, nutrir lo que me fortalece, sin más secreto, aún y sin que llegue a comprenderlo ahora.

¿Qué hay ahora en mi vida que deba mudar? ¿qué hay en ella que deba permanecer?

Pequeñas reflexiones para hacer de esta una Vida con mayúsculas y que te invito a compartir contigo, solo contigo:

  • ¿Qué hay que quieras cambiar, qué hay que quieras mantener?
  • ¿Qué harás para que eso ocurra?

Sé tu propio otoño para que pueda llegar también tu primavera.

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