Optimismo no significa renuncia al dolor

tristezaLeía este artículo de «El confidencial» que me llevaba a algunas reflexiones, referentes a la concepción que se pueda tener de los seguidores de la psicología positiva y de los que vemos la vida de un modo distinto.

Está claro que no podemos huir de emociones tales como la ira, el dolor, la tristeza, etc., es más, renunciar a ellas implicaría dejar de vivir una parte importante de nuestras vidas; negar el duelo no es negarlo si no posponerlo hasta un momento incierto que, posiblemente, nos encontrará desprevenidos y con ello, muy despistados por vivir emociones en un entorno que no corresponde a las mismas.

Todo y eso, está claro que podemos vivir la emoción en toda su intensidad y continuar viviendo con criterios positivistas, o enquistarnos en ellas y transformarlas en un  estado de ánimo que no hará otra cosa que ligarnos a una oscuridad que no es tal.

Las lágrimas suponen un dique que conviene aliviar cuando las emociones están en su punto álgido, como el grito o cualquier otra expresión de las mismas. Podemos ver como los estados de máxima presión, el estrés, puede hacer que el mínimo detonante, encienda el hervor de esas emociones, quizás de un modo descontrolado, por lo que será positivo aprender a vivir con ellas y gestionarlas de una forma natural, sin ocultarlas y encontrando el cauce más adecuado en cada momento.

Los que vivimos la vida de un modo positivo, sabemos convivir con ellas, no es que las neguemos, simplemente transitamos por ellas, bajando en la profundidad necesaria, pero sin cronificarlas, ya que las mismas son poderosas activadoras de nuestra energía, unas veces a favor y otras en contra.

Mi trabajo en las organizaciones me ha demostrado que aquellos colectivos que han aprendido a gestionar sus emociones, son capaces de obtener mayores índices de motivación, dinamismo y activación, visualizando entornos de futuro más favorables.

Mostrar la emoción no es debilidad, es necesidad, aunque nuestra cultura actual, pretenda su negación. Nada mejor que una lágrima o el sonido de una buena carcajada en el equipo.

¿Vivimos la emoción o la seguimos negando?

Publicado el

  • Coaching de Equipos
  • Coaching Ejecutivo
  • Crecimiento personal
  • Emociones
  • Empresa
  • Equipos
  • Esencia
  • Límites
  • Nuevo paradigma
  • Sociedad
  • Valores

Compartir en Facebook, LinkedIn, Twitter.