Mi espejo está en mi
Por Jordi Vilá
Espero y espero y nada de lo que espero llega, pueden pasar días o años y no llega, no hay forma de que aquello que estoy esperando ocurra, no hay nada, solo quietud y espera, como si de un mar de petróleo, denso y pesado, se tratara.
Alguien me mira y se sonríe, con cara de lástima, como pensando que la espera es desesperanza, desazón y angustia, porque nada de lo que espero ocurre y nada de lo que ocurre es lo que espero. Esa conmiseración me saca de mis casillas, así que me encaro, me revelo, pero no conmigo, si no con él, aunque algo hay en sus ojos que me causa cierto respeto.
No es conmigo con quien te debes enfurecer, es contigo mismo, con tu apatía, con tu quietud, con tu victimismo. Mientras lo dice, miro fijamente a sus ojos y me veo en ellos reflejado, como un despojo de mi mismo, apenas un hálito de lo que un día fui. Es como si me dieran un golpe fuerte, muy fuerte en mi propio yo, en mi esencia, en mi ser, y es que no es a mi a quien estoy viendo si no a una sombra de mi mismo.
¿Qué necesitas para volver a ser tu?, me pregunta, ¿qué tiene que ocurrir que no haya ocurrido ya?, ¿a qué temes?
Preguntas duras, preguntas profundas que me hacen rebuscar en lo más íntimo, en los miedos más arraigados, en las creencias más enraizadas. Oscuridad, frío, soledad.
Vuelvo a mirarle y veo que a quien miro es a mí mismo reflejado en el espejo, es conmigo con quien estoy hablando, es en mis ojos en los que veo el reproche, soy yo el que censuro mi comportamiento, porque soy yo quien veo la parte más oscura de mi ser, aunque también se ver la más luminosa, y entonces comprendo y se que soy porque quiero ser, porque lo busco, porque no espero si no que actúo.
Es posible que te sientas reflejado en esta reflexión, reflexión hecha por miles de personas a diario, personas que en su día, pensaron que tiraban la toalla, hasta que tuvieron el coraje de volver a ser ellas mismas, en su propia esencia, dirigiendo sus empresas, sus comercios, sus oficios, sus estudios, sus pasiones y, en definitiva, sus vidas.
¿Salimos a buscar nuestras respuestas o nos quedamos a que otros nos las den?