Metahabilidad, el perfume con que impregnamos nuestras relaciones

En demasiadas ocasiones obviamos el impacto que nuestra actitud tiene en las personas con las cuales interactuamos; tan solo haría falta que nos filmáramos entrando a una sala, en diferentes estados de ánimo, para que pudiéramos observar el efecto que causamos en las personas que la ocupan.

Supongamos que tenemos una reunión con nuestro Comité de Dirección, o con el equipo al que entrenamos o al que pertenecemos, o al sentarnos a la mesa a cenar en casa o, cualquier circunstancia en la que estemos reunidos, con la finalidad que sea, un grupo o equipo de personas.

Supongamos ahora que entramos con un aire divertido, travieso, incluso juguetón, ¿lo tenemos?, imaginemos la reacción de los presentes, la acogida que nos dispensan, el espíritu con el que iniciamos esa reunión. Ahora supongamos lo mismo, pero entrando de un modo huraño, enfadados, con el ceño fruncido, ¿si, podemos imaginarlo, cuál es ahora la reacción, cuál la acogida y el desarrollo del encuentro?

Ahora es cuando pensáis en que esto es una obviedad, algo que es rigurosamente cierto pero, si es así, ¿por qué nos empeñamos en no tenerlo en cuenta en momentos cruciales, por qué entramos en las reuniones sin tener en cuenta el impacto que vamos a causar en ellas?

La situación puede ser preocupante, crítica incluso, pero entrar en ella de un modo derrotista, desproporcionado o negativo, no va a tornarla más fácil o victoriosa, bien al contrario, puede ser una forma de bloquear la creatividad de las personas allí representadas.

Amy Mindell (1995) utiliza el término “metahabilidad” para referirse a la actitud, sentimiento, habilidad, técnica, o el tono, utilizado en una intervención (http://stanfordsiver.net/es/process-work-es/). En nuestro caso y, de un modo más informal, podríamos definir la Metahabilidad como el perfume con el cual impregnamos el ambiente de la situación que vivimos.

Con ello podremos contrastar como, una entrada desde una visión optimista y positiva, aún y en entornos difíciles, ayudará a distender el ambiente provocando una apertura hacia la búsqueda de posibles soluciones.

Esto es algo que está en nuestras manos, ser un factor catalizador del cambio o, por el contrario, ser el inductor de la profecía autocumplida o, como se decía en algunas ocasiones, tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estás en lo cierto, así que más vale que pensemos en positivo.

¿Cómo entraremos hoy en el primero de los encuentros que tengamos con otras personas?, en ti están las llaves del optimismo y del pesimismo, tu decides.

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