Me ha tocado la lotería
Por Jordi Vilá
Puede parecer una tontería, pero me acabo de dar cuenta de que me ha tocado la lotería; jamás pensé que, pese a invertir en ello un montón de mis recursos, se hiciera realidad.
¿Qué sueña todo el mundo cuando sabe que le ha tocado el premio?, los más, que van a dejar de trabajar si el premio es suficientemente grande o adecuado a sus necesidades, otros, con viajes, con posesiones materiales, incluso hay quien piensa en donar una parte para ayudar a otros que quizás no han tenido tanta suerte.
La verdad es que tengo que dejar que baje la erupción de saberme ganador de este premio gordo que excede, y en mucho, cualquier consideración económica que hubiera podido soñar hasta ahora.
Sé que, a partir de ahora, los amigos van a aflorar como setas y personas que antes ni tan siquiera se percibían de mi presencia pese a verme en su campo visual, me van a tener presente y que, incluso, tendrán en cuenta mis inquietudes, mis anhelos y mis sueños, mis alegrías y mis tristezas, porque tanto unas como otras, seguirán ahí.
Hoy me doy cuenta de que puedo hacer con ello, literalmente, lo que me venga en gana, sin ninguna otra consideración o límite, porque los límites, a partir de este momento, los pongo yo y únicamente yo.
No, no creáis que me he vuelto loco o que algún mejunje raro ha formado parte de mi dieta matinal es, simplemente, que me ha tocado el premio gordo de la lotería.
¿Cómo ha sido eso, os preguntaréis?. Ha sido simple, muy simple, me he despertado y, aún soñoliento y aturdido, he pasado ante el espejo donde he visto mi imagen de siempre, con el pelo de siempre y la sonrisa de siempre pero, algo había cambiado, mi mirada era otra y era otro al que veía en el espejo: por fin me veía a mí mismo, sin disfraces, sin caretas y, en ese momento, supe que me había tocado el gordo.
Me vi a mi mismo y me gusté, y no solo eso si no que, además, recuperé a ese hijo pródigo que un día se alejó persiguiendo quien sabe qué quimeras. Ya no hay quien escriba mi guión, ya no hay quien usurpe mi papel, hoy empieza una vida que siempre debería haber sido y hasta ahora no fue.
Acepté cada virtud como acepté cada reto a mejorar y, a partir de ese momento, supe que no había boleto en el mundo que se pudiera comparar a este.
¿Te arriesgas a invertir en ti?, deja de ser lotería para convertirse en realidad.