Me acepto

shrek es aceptado por la princesaPoco a poco voy consiguiendo alejar de mi el disfraz, lo políticamente correcto, sin que ello suponga herir a los demás o transgredir ciertas normas que coadyuvan en la convivencia. Soy consciente de que mi libertad de Ser termina cuando empieza la del colectivo o la de mi semejante, sin que ello me limite en modo alguno.

Tiempo atrás tenía la costumbre de adaptar mi comportamiento a lo que de mi se esperaba, con lo que las personas con las que me relacionaba, no veían en mi la persona que soy si no aquella que yo creía que querían que fuera, resumiendo, un remiendo de marioneta.

Profundizando en aquellos comportamientos, repito, cada vez más alejados, tomo consciencia de que venían movidos por unas creencias labradas en la infancia, lo cual constituía una auténtica trinchera emocional que me impedía salir del círculo vicioso: si no me aceptan me rechazan, y eso es algo que no está bien, así que mejor me muevo según los parámetros que aventuro les provocarán una reacción de apego hacia mi.

El siguiente paso fue constatar de forma fehaciente que nunca vas a gustar a todo el mundo, que habrá quien te rechace por los mismos motivos por los que otros, precisamente, se sientan muy próximos a ti y alineados contigo.

El riesgo era ser incoherente conmigo mismo y fallarme a mi mismo, a la par que a los demás al ser una falsa copia de mi original, así que decidí iniciar el camino de la autenticidad, con las consecuencias que de ello se derivara, lo cual produjo situaciones que jamás habría imaginado, desde abandonar proyectos profesionales que podían considerarse atractivos a abrir mi mente a otras realidades antes inimaginables.

Sí, es cierto que hubieron rechazos, como también hubieron conocimientos que de otro modo difícilmente habría tenido, lo que sí puedo garantizar es que ese camino continúa y que no es gratuito.

Nada mejor que mostrarse como uno es, previendo lo que ello implicará para no fijar falsas expectativas, así obtendremos la aprobación del ser más necesario para cualquier ser humano: él mismo.

Veamos a los auténticos líderes, no los de cartón piedra y veremos actuaciones coherentes, madurez emocional y coraje ante el bombardeo de sus propios valores.

No negaré que, en ocasiones, esto supone lanzarse al vacío, no tanto por las posibles consecuencias externas, si no por las internas porque, en ese momento, nos estamos permitiendo Ser y no hay nada más grande que ello, ni nada que nos asuste más que afrontar situaciones hasta ahora negadas.

¿Te decides a aceptarte?

Publicado el

  • Crecimiento personal
  • Empresa
  • Esencia
  • Liderazgo
  • Life Coaching
  • Nuevo paradigma
  • Sociedad
  • Valores
  • Valores
  • Vida

Compartir en Facebook, LinkedIn, Twitter.