Liderazgo
Por Jordi Vilá
En primer lugar, vale la pena definir la palabra “líder”, de la cual el RAE nos dice en su primera acepción: Persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora. Os propongo cambiarla o completarla con la siguiente persona cuyos valores y comportamientos provocan la capacidad de influencia en uno o diversos colectivos.
A la definición añadiría además que, así como un jefe produce acólitos, un líder produce más líderes, con lo que de crecimiento provoca en cualquier tipo de organización o colectivo.
Es la pregunta del millón, ¿el líder nace o se hace? y, evidentemente, tan solo hay una respuesta, ¡el líder nace!, pero ahí es donde creo que vale la pena hacer una distinción, todos somos potencialmente líderes, los más brillantes y efectivos, tan solo hará falta que desarrollemos las capacidades para ello, por tanto nace, aunque también tiene que ir construyéndose poco a poco.
Probablemente acabas de torcer el gesto y pensar aquello de “teorías sin ningún tipo de fundamento”, y probablemente no te falta razón, ya que estas reflexiones están basadas tan solo en la observación de diferentes líderes reconocidos, algunos no reconocidos formalmente y en otros que, pretendiendo serlo, no pasaron más que de jefecillo de república bananera.
Seamos conscientes de que hay diferentes tipos de líderes y que, habitualmente, cuando pensamos en un líder lo hacemos en un líder mesiánico (Gandhi, Mandela, madre Teresa, Hitler, etc.), y ese líder tanto puede ser positivo como negativo pero, lo que está claro, es que ese líder que todos llevamos dentro, puede explotarse aunque, para ello, habrá que hacer un profundo viaje interior que nos ayude a identificar nuestras fortalezas y áreas de mejora.
¿A cuántos líderes de distintos ámbitos les dijeron un día que no llegarían a nada?.
Recordemos la definición que os proponía al principio del artículo: persona cuyos valores y comportamientos, provocan la capacidad de influencia. Cada colectivo, tendrá unos valores distintos y unas necesidades distintas pero, lo que está claro, es que cualquier colectivo necesita unos líderes aunque, posiblemente, las diferentes situaciones hará que esos líderes vayan cambiando.
En ti hay un líder, como lo hay en mi o en la persona que, aún sin brillar, se sitúa a tu lado, pero hay que sacar el polvo de la superficie para permitirle salir a la luz, ¿empezamos el viaje?