La alegría en el trabajo

Entro a comprar el pan en uno de los despachos que tanto han proliferado últimamente y encontramos dos dependientas, una con una enorme sonrisa y orientación al cliente, la otra, desabrida y tosca, con una actitud que nos muestra un profundo desencanto hacia la labor que realiza en el mostrador de venta.

Esto me lleva a una reflexión respecto a las actitudes que mostramos ante las tareas que, profesionalmente, debemos realizar, sea al nivel que sea, desde el presidente de una gran corporación, hasta el más sencillo de los becarios o aprendices, para lo cual recuerdo aquel cuento de los tres albañiles que levantaban una pared en una obra y que, preguntados sobre lo que hacían, el primero respondió estoy poniendo tochos, ¿no lo ve?; el segundo afirmaba construir una pared y, el tercero, con una mirada de ilusión, respondió que estaba participando en la construcción de la escuela que haría que su hijo tuviera unas oportunidades.

Estas actitudes, van configurando nuestro carácter profesional, el cual se puede modelar cambiando hábitos comportamentales. Paco Muro defendía en su libro “Ir o no ir”, que existían dos tipos de personas, los YASTAS y los ESQUES; para los primeros, no existía mayor problema que encontrar la forma de hacer algo, siempre dispuestos y con buen humor, así que su respuesta siempre era “ya está” y, por el contrario, los segundos, siempre encontraban problemas y excusas que les impedían realizar cualquier tarea, dando una respuesta del tipo es que….esto o lo otro, o lo de más allá.

Hay personas con trabajos tremendamente estresantes por lo rutinario, como puedan ser operarios de línea, o peligrosos, como los Técnicos de mantenimiento de las compañías eléctricas, o estresantes en sí mismos como los educadores, por la carga emocional que conlleva, pero cuyas caras siempre reflejan un estado de interés, de curiosidad, de aprendizaje y de participación en el resultado. Curiosamente, sus sonrisas son francas, su temperamento más sereno y su productividad más elevada.

Todo esto, nos sirve igual para cualquier tipo de posición porque, aunque en el párrafo anterior hablaba de personal técnico o de base, lo mismo ocurre con los directivos y los empresarios, líderes motivantes unos, creadores de patologías y angustias los otros.

Probemos a ir con una sonrisa en nuestro interior, sea lo que sea lo que hagamos, eso se trasladará a nuestra efectividad como profesionales, ¿probamos hoy lunes a salir con esa serenidad interior?, ¿qué podemos hacer hoy para transmitir ese valor a nuestros colaboradores, pares o jefes?

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