¿Intentar?
Por Jordi Vilá
Voy a intentar esto, voy a intentar aquello, te prometo intentarlo… demasiados intentos que se quedan en agua de borrajas.
¿Qué es lo que nos lleva a utilizar la palabra “intentar”?, da la impresión de que es darnos permiso para no hacer a sabiendas de que no haremos, de que no nos moveremos hacia aquello a lo que nos estamos comprometiendo. Dejemos de intentar y empecemos a hacer de verdad, sin más paliativos.
Que no alcancemos nuestro objetivo no significa que hayamos intentado, significa que nos hemos movido en una dirección y que, de momento, estamos en un punto intermedio de nuestro camino. Cuando digo “lo intenté pero no pude”, significo que mi compromiso quizás no era tan real como yo mismo aseguraba.
¿Un problema de matiz?, quizás, pero cada vez veo más claro que las palabras van construyendo el mundo que habito.
Es también posible que, según mi modo de ver, el uso de la palabra esté haciendo que de modo inconsciente, no utilice todo el potencial que tengo para conseguir ese reto, ese objetivo ya que, de momento, me he dado permiso para quedarme a medias.
Se atribuye a Thomas Alva Edison una frase tras la invención de la bombilla incandescente, después de “intentarlo” en dos mil ocasiones: he descubierto dos mil formas en que una bombilla no funciona. Edison batalló con el objetivo de construir esa bombilla, no es que lo intentara, es que en un número elevado de ocasiones, el resultado no fue el esperado, pero no fue que intentara, si no que hizo por conseguirlo.
La definición que nos da el diccionario de la RAE en su 22ª edición, nos dice que intentar es tener animo de hacer algo. No nos habla de mover a la acción, no nos habla de hacer, nos habla de tener el animo.
Intentaré hablar con mi equipo, intentaré llegar al objetivo, intentaré pedir perdón, intentaré… demasiados intentos, demasiadas opciones para la autoexcusa. Si no quiero hacer, es mejor reconocer y no hacer pero, si de verdad estoy comprometido, mejor no buscar excusas y sí, por el contrario, movilizar los elementos necesarios para llegar a buen puerto.
Por último y para acabar con esta reflexión, un vídeo ligero de “la Guerra de las Galaxias” en la que queda patente que más vale una imagen que mil palabras.
¿Vamos a seguir intentando o empezamos a hacer?