Formación virtual, técnica y arte
Por Jordi Vilá
Podemos distinguir muchos tipos de formación que no es presencial, desde formación asíncrona, donde los materiales están colgados y la interacción es mínima, hasta la formación síncrona con máxima interacción a través herramientas de trabajo en remoto como pudieran ser MURAL, MIRO, KAHOOT, etc. en las más diversas plataformas (Teams, Zoom, Skype, webwx, etc.), pasando por la clase magistral.
Creerme, no es lo mismo, es más, hay un abismo y no todas las metodologías sirven para lo mismo. En estos últimos meses he tenido la fortuna de facilitar por medios interactivos disfrutando enormemente, y también he asistido a algunos talleres y programas como usuario, con experiencias desiguales.
Antes de plantarse ante una pantalla, deberíamos considerar cuál es el objetivo perseguido, que elementos tenemos a nuestro alcance, cuál es el público al que va dirigido y también las teorías (y prácticas) en la formación de adultos, así podemos encontrar que la misma capacitación en el mismo tiempo, puede ser una tortura que convierte 4 horas en dos días y otra que hace que las 4 horas se conviertan en 10 minutos.
¿De qué depende?, de que los participantes disfruten la experiencia, algo en lo que el facilitador va a tener una buena parte de responsabilidad, analizando previamente, durante la facilitación y posteriormente, para poder maximizar lo que funciona y modificar aquello que no ha tenido el impacto deseado, corrigiendo el rumbo durante la travesía de ser necesario.
Ver como alguien disfruta con algo es una experiencia indescriptible que provoca un chorro de satisfacción, y eso lo sabemos los que hemos estado ante un auditorio, como habremos podido ver que un cambio a tiempo permite que el objetivo se consiga.
¿Qué persigo con esa formación?, la respuesta a esta pregunta puede ayudarte a enfocar las cosas de un modo distinto, sin caer en los versos de Rubén Blades “si naciste pa martillo, del cielo te caen los clavos”