El coaching y la motivación y productividad, en personas y equipos
Por Jordi Vilá
Parece algo de Perogrullo pero, realmente, la productividad de un individuo o colectivo, aumenta exponencialmente cuando está motivado aunque, la eterna cuestión es ¿cuál es el elemento de motivación?.
Teorías hay unas cuantas y, entre ellas, la teoría de los dos Factores de Herzberg (1959), mediante la cual se contempla el hecho de que el individuo necesita de una serie de factores para estar motivado, también llamados factores de motivación, así como de unos factores Higiénicos los cuales, caso de ser inexistentes, causarán una profunda insatisfacción, pero que apenas tienen incidencia sobre la motivación a largo plazo.
Los primeros los encontramos en los dos últimos peldaños en la pirámide de Maslow, también llamada jerarquía de las necesidades humanas (1943), que ilustra este post, suponiendo el resto de peldaños los motivos Higiénicos.
Otra de las teorías que nos ligan la motivación y la productividad, la podemos encontrar en la Teoría Cognitivo Social de Bandura (1986), en la que las motivaciones intrínsecas, adquieren un papel primordial en la motivación a largo plazo, siendo estas las que parten del interior del individuo o, dicho de otro modo, la recompensa se obtiene del interior (destreza en la ejecución de alguna actividad, diversión, alineación con los valores, etc.), algo que también se puede observar en la parte alta de la pirámide.
Y, ¿Qué hace el coaching con la motivación de personas y equipos?, fundamentalmente, acompañar al sujeto o colectivo a explorar en su interior para identificar los factores motivacionales los cuales, habitualmente, los encontraremos de orden interno, según las experiencias personales como coach.
Dejarme que os apunte un par de casos prácticos en los cuales he participado.
En el primero de ellos, si bien es cierto que el grupo tenía claro que convertirse en un equipo les iba a reportar buenos beneficios relacionados con eficiencia y disminución de desgaste personal (estrés), también lo es que suponía un reto aumentar su destreza y oír sonar una sinfonía, en lugar del afinar de los instrumentos que oían en el momento del inicio de la intervención lo cual es, claramente, un incentivo de orden intrínseco. Observar como iban avanzando, supuso un aumento de la productividad medible y observable, que alimentaba un círculo virtuoso de motivación.
En otro de los casos, este de tipo individual, el sujeto tenía un bloqueo que le impedía realizar su labor con la eficiencia y eficacia requeridas. Su propia exploración, le llevó a ver las razones de su estancamiento y su motivación radicó en la autosuperación de una creencia limitante.
¿Empezamos a explorar cuáles son realmente tus factores motivacionales?