Confianza con el cliente

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Foto: Jordi Vilá. Presentación del libro «El éxito eres Tu» en FNAC Illa Diagonal de Barcelona

Aún y haciendo muchos años que me dedico a acompañar a personas en un trecho de sus vidas, no deja de maravillarme los vínculos que se establecen, especialmente los vínculos de confianza que permiten que la persona se abra por completo y se muestre tal cuál es, algo que ocurre antes o después con todas ellas, ya que de lo contrario el coaching no tendría sentido.

Como Coach soy depositario de muchas experiencias compartidas y, especialmente, del brillo de todos esos seres humanos que me regalan y se regalan su presencia más genuina y menos adornada de oropeles que no llevan a ningún lado más que a espejismos dañinos que, lo único que hacen, es alejarnos de nuestra esencia.

Ver como una persona verbaliza sus miedos e ilusiones, como su coraza emocional queda a un lado, como señala la dirección en que quiere ir y va descubriendo fortalezas y obstáculos en su camino, trazando el rumbo que considera más ajustado, es todo un regalo.

El camino no es fácil, y de eso todos nos hacemos conscientes en un momento u otro quizás, incluso, el objetivo no está a nuestro alcance, o no lo está tal y como lo hemos percibido, y ese descubrimiento nos hace más fuertes.

Percibir esos obstáculos, diseñar el plan de acción y luchar por sortearlos  en pos de esa meta es, a fin de cuentas, el objetivo que perseguimos todos de un modo u otro.

Y todo ello, no sería posible sin que se fueran creando esos vínculos de confianza, esos intangibles que, como le decía el zorro al Pequeño Principe, son invisibles a la vista. Ser merecedor de esa confianza es el camino de cualquier coach.

Hay quien sostiene que el coaching es pura y simplemente una venta de humo y es posible que en algunos casos sea así, que se dibuje un mundo irreal en el que cualquier cosa es posible para cualquier persona, exenta, además, de cualquier dificultad.

Y digo que es posible porque en cualquier colectivo se vende humo, no obstante, para un buen número de coaches, los objetivos son posibles o, de lo contrario, no serían planteados. Quizás no lo sean en este momento y haga falta preparación, esfuerzo y sacrificio, pero la posibilidad existe.

No, no es fácil, ni rápido ni cómodo la mayoría de las veces, y es el acompañamiento en esos descubrimientos lo que hace de este oficio una forma de Vida y lo que crea, a la postre, esa corriente de confianza entre el coach y su cliente, entre el cliente y el coach, como una suerte de danza en la que cada una de las partes tiene su papel.

¿Bailamos?

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