Coaching, el desarrollo de una nueva y antigua disciplina

Ciertamente, y de ahí el título del presente artículo, el Coaching es antiguo, muy antiguo, tanto como Sócrates y la Mayéutica (450 a.c.), y su base sigue siendo la misma, la de la pregunta como principal elemento, aunque con matices desarrollados por reconocidos autores como Rogers (1961).

El psicólogo humanista, ya enuncia tres de los elementos imprescindibles para poder acompañar a alguien en su desarrollo, a saber, la comprensión empática del cliente (que no paciente), la aceptación incondicional del mismo y la autenticidad del acompañante.

Apenas 10 años más tarde, en Harvard, aparece Tim Gallwey con su Juego interior del tenis, la puerta que dio entrada a Sir John Whitmore a desarrollar el coaching ejecutivo y, de ahí, en resumidas cuentas, al nacimiento de la primera escuela de coaching de la mano de Thomas Leonard en 1992 y de la ICF (International Coach Federation) en 1995.

Las inexistentes barreras de entrada dieron pie a prácticas inadecuadas por parte de personas carentes de la mínima formación aunque, actualmente, vemos el regreso a los inicios, a la acogida de las universidades con metodología científica de una disciplina que, no podemos olvidar, es psicología aplicada.

¿A qué viene todo esto?, ni más ni menos que a disfrutar con la docencia en coaching en entornos universitarios, a compartir conocimientos y experiencias con personas ávidas de provocar transformación en sí mismas y en otras.

La toma de conciencia llegó con la foto que ilustra estas líneas, trabajando con el grupo de alumnos del MCLP (Master en coaching y liderazgo personal de la Universitat de Barcelona) en la Sala Gesell de esta institución.

Lejos de ser una formación superficial, el Master está basado en disciplinas tales como el autoconocimiento, la sistémica, las competencias de la ICF, el neuroliderazgo, el mindfulness, el coaching ontológico o el de equipos, como veis, un coaching ecléctico que permite el aprendizaje y la integración de las competencias básicas en los participantes.

Que este sustrato teórico sea llevado a la práctica y a la creación de un modelo como el de la UB, desarrollado por los doctores Carlos Royo y Jordi Escartín, habla del retorno a las raíces, al empirismo y la investigación, sin descuidar por ello la práctica en entornos tan dispares como el entorno empresarial o el educativo.

Hoy podemos decir que el coaching ha pasado de sus primeros balbuceos a las frases consistentes y con sentido y, de algún modo, a un No todo vale.

En breves semanas aparecerá otro artículo en el que sus creadores harán un breve análisis del mismo.

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