Coaching ejecutivo

La conexión en Avatar, de Peter Jackson

El pasado viernes facilitaba una Master Class sobre esta temática, en la que expuse mis experiencias al respecto, la verdad es que los aprendizajes de todos nosotros fueron muchos, y es que nada como un auditorio curioso para que todos salgamos de ella con nuestras mochilas del conocimiento algo más llenas.

Lejos del oscurantismo de personas que nada aportan a esta forma de vida y profesión a la vez, los coaches ejecutivos solemos ser personas con una dilatada experiencia en posiciones directivas, algo que nos permite una mejor comprensión del discurso de nuestro cliente, cosa no poco valiosa.

Además de la experiencia, nos hemos formado en escuelas y/o universidades, nos mantenemos al día en las innovaciones que van apareciendo en el mercado y solemos estar certificados por organizaciones como la ICF.

Ya tenemos la experiencia y la formación, la tercera incógnita de la ecuación será contar con unas referencias que permitan a nuestro cliente sentirse en buenas manos, y todo esto no servirá de nada sin el último y más importante requisito: conexión, es decir, complicidad y confianza.

La complicidad y confianza van a permitir a nuestro cliente entrar en una dimensión que posiblemente sea desconocida: la apertura, porque tal es el estado en el que se desarrolla un proceso de coaching ejecutivo si queremos sacar todo el partido posible.

A lo largo de mi trayectoria he visto muchas barreras caer, muchos tabús desvanecerse y, especialmente, muchos comentarios que, de salir a la luz, no serían considerados políticamente correctos, con todo lo que ello implica.

No se trata de hacer magia, se trata de que nuestro cliente llegue a ver sus posibilidades, tantas veces ocultas tras toneladas de creencias, miedos e inseguridades que, convenientemente trabajados, van desapareciendo como si de una fina bruma se tratara.

Iniciaba este post hablando de la master class y me gustaría acabarlo haciendo mención de una clase muy parecida facilitada, hace unos días, en el MCLP de Panamá, en la Ciudad del Saber donde, a la temática, se sumó el mestizaje cultural y la diversidad de todo tipo, salvo en las inquietudes y los intereses de los participantes, parecidas en todos los casos.

Quien lo haya probado os podrá hablar de su experiencia, una experiencia que, desde el otro lado de la mesa, resulta siempre enriquecedora, si y solo si, se produce la conexión.

¿Preparados para el viaje?

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