Casualidad causal
Por Jordi Vilá
Creo que era Magic Johnson el que decía que, contra más entrenaba, más suerte tenía, y es que no es lo mismo esperar que pasen las cosas que impulsar yo el movimiento.
…Y ahí es donde entra nuestro amigo azar, o si lo queremos decir de otro modo, la casualidad, aunque yo prefiero pensar en la casualidad causal, aquella que ocurre porque me he dedicado, en cuerpo y alma, a hacer que sucediera.
En una tertulia, no hace demasiados días, alguien decía que está claro que la suerte existe, pero que cada suceso que empuja para que ocurra, hace que el universo entero se modifique, ni que sea mínimamente, con lo que cambia toda su esencia….y eso hace que la suerte ocurra con mayor frecuencia, tal como nos anunciaba Magic.
Movimiento, impulsión de nuestros anhelos y, sobre todo, gran capacidad de sacrificio, nos llevarán a conseguir cosas que, como dice el dicho de autoría múltiple, “lo hicieron porque no sabían que era imposible”.
Nuestra vida es efímera, y nada peor que llegar a su final preguntándonos que hubiera pasado si hubiera hecho tal o cual cosa; hoy ya es tarde, mañana es nunca y ningún momento fue mejor que el ahora, así que no dejemos que esos retazos de desidia dominen nuestro destino.
Si lo que queremos es no hacer nada, ¡hagámoslo!, pero que sea de forma consciente, que sea nuestra elección impulsar la nada, contrario por completo, a dejar pasar la vida por la estación de la indolencia.
¿Qué harás hoy para tener un mañana más pleno?…Y digo hoy, no digo mañana ni esta semana, ¡hoy!, ¡ahora!