¿Café para todos?

Casi me atrevería a asegurar que no hay trato tan injusto como tratar igual a personas diferentes; casi sería lo mismo que, si me permitís el símil culinario, pretender que todos los arroces son una paella o, llegado el caso, que todas las paellas son valencianas y tienen el mismo sabor.

Nuevamente aparece la maravillosa palabra y, con ella, toda su paleta de colores: Diversidad, con todas las connotaciones que de ella se derivan.

Podría parecer, a la vista del título de este post, que es a la política donde va dirigido y, creerme, nada más lejos de la realidad, aunque es bien cierto que también nos podría valer para ella.

Nos oímos decir en multitud de ocasiones que queremos ser tratados como este o como aquel pero, a la que nos aquilatan a todos por igual, indudablemente se están creando importantes rupturas; ¿por qué les voy a dar a todos dulce si sé que hay una persona intolerante a él?, ¿por qué así trato a todo el mundo por igual?

Ocurre lo mismo en la educación, ya sea en la escuela, la universidad o el propio hogar, donde vemos que la auténtica educación de Calidad (con mayúsculas), ajusta el trato a cada una de las personas a las que acompaña en su crecimiento el educador, tutor o padre (léase como género neutro, no pretendo masculinizar nada).

Vemos familias con más de un hijo, dónde pese a acudir las criaturas a los mismos centros y vivir en las mismas casas, son tratados de forma diferente, modelando el mensaje y su estilo a las características, competencias, habilidades y perfiles emocionales de cada cual.

Si queremos que un Equipo profesional, deportivo o de cualquier otra índole, a fin de cuentas, un colectivo, obtenga la mejor versión de sí mismo, debemos tener en cuenta esa diversidad, esa diferenciación en el trato. Algunas de las explicaciones, las podríamos encontrar en algunos de los arquetipos de personalidad de Jung, o en los perfiles de Insights (colores), Eneagrama, etc.

Así pues, nuestra potencia para el Equipo, como líderes, vendrá de la identificación de las necesidades de cada miembro de nuestro Equipo y, de alguna manera, de negarnos a servir el mismo café para todos.

¿Sigues pensando que a todo el mundo le gusta el café con azucar?

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