Autenticidad

Es posible que hayas oído hablar mucho de la autenticidad, o quizás no, porque no es ningún Trading topic como #sanchinarro, #Siria o #PreguntasGilipollas, que son los temas más buscados el día de hoy en Twitter, no obstante, el impacto que tiene en nuestro entorno mostrarse auténtico es significativo, y me explico.

Hoy por hoy hay mucha falsedad, y mucha de ella viene dada por miedo, por simple o complejo miedo, pero por miedo al fin. Miedo al rechazo, miedo a ser despedido, a no ser aceptado en este o aquel círculo, miedo a no “hacer lo correcto” o a no ser como la tribu recomienda.

En tiempos en los que esa aceptación es clave para la supervivencia, la autenticidad no es precisamente un valor en alza, no obstante, podemos ver como en el momento en que nos mostramos auténticos, en que vivimos como realmente creemos que debemos vivir y decimos, justo aquello que creemos que debemos decir, un universo de nuevo cuño se abre ante nosotros, aunque bien es posible que con un coste.

La autenticidad se percibe como se percibe la falsedad, entra por todos y cada uno de nuestros cinco sentidos, es más, algo en nosotros despierta a esa autenticidad, algo que se ha dado en llamar intuición y que, desde el inconsciente, nos muestra la diferencia de aquello que es de confianza de aquello que no lo es.

La mirada se torna clara, transparente, la voz y el porte devienen firmes, contundentes, los actos son ligeros, por duros que puedan llegar a ser, y es que es la liviandad de saber que estamos siendo aquella persona que realmente queremos ser.

Podemos ver como, cuando nos mostramos como realmente somos, somos capaces de atraer aquello que buscamos, somos capaces de percibir nuestros objetivos y alcanzarlos.

Mostrarse auténtico significa mostrarse seguro con uno mismo, aceptarse tal como es y luchar por ser un poco mejor cada día. Es como ver a un buen conductor al volante o ver a un principiante y sentir la confianza que uno y otro nos inspiran.

El líder auténtico es el que se muestra como es porque sabe que no necesita mostrar ningún personaje, que es consciente de que es el mejor “el” que hay sin tener que disfrazarlo en modo alguno.

¿Empezamos a mostrarnos como somos?